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1.
Gac. méd. Méx ; 155(supl.1): 62-69, dic. 2019. tab, graf
Article in Spanish | LILACS | ID: biblio-1286567

ABSTRACT

Resumen Antecedentes: El tratamiento neuroquirúrgico, aunque polémico, se considera un recurso útil en el tratamiento de enfermedades psiquiátricas crónicas como la agresividad refractaria. Objetivo: Evaluar los resultados clínicos y los efectos colaterales de la hipotalamotomía posteromedial (HPM) asociada a amigdalotomía en pacientes con agresividad refractaria. Método: Se realizó un ensayo clínico en pacientes con agresividad crónica y refractaria a tratamiento farmacológico. Se les realizó amigdalotomía central asociada a HPM mediante termocoagulación por radiofrecuencia. El grado de agresividad se cuantificó mediante la escala global de agresividad de Yudofsky. Los cambios postoperatorios en la conducta agresiva continuaron siendo evaluados cada 6 meses durante al menos 36 meses. Resultados: Se observó un cambio estadísticamente significativo de la conducta agresiva, a lo largo de 36 meses de seguimiento. Se describen los efectos colaterales de la asociación de ambos procedimientos, siendo el de mayor frecuencia la somnolencia y algunos casos de reducción en la conducta sexual. Conclusión: Las lesiones unilaterales simétricas y simultáneas del núcleo central de la amígdala y del hipotálamo posteromedial contralaterales a la dominancia motora dan el mismo efecto clínico en la reducción de la agresividad patológica que las lesiones bilaterales.


Abstract Background: Neurosurgical treatment, although controversial, is considered a useful resource in the treatment of chronic psychiatric diseases such as refractory aggressiveness. Objective: To evaluate the clinical results and side effects of posteromedial hypothalamotomy associated with amygdalotomy in patients with refractory aggressiveness. Method: A clinical trial was conducted in patients with chronic aggressiveness and refractory to pharmacological treatment. A central amygdalotomy associated with posteromedial hypothalamotomy was performed using thermo-coagulation by radiofrequency. The degree of aggressiveness was quantified by the Yudofsky's global scale of aggression. Postoperative changes in aggressive behavior continued to be evaluated every 6 months for at least 36 months. Results: A statistically significant change in aggressive behavior was observed during 36 months of follow-up. The collateral effects of the association of both procedures are described, the most frequent being drowsiness and some cases of reduction in sexual behavior. Conclusion: Symmetric and simultaneous unilateral lesions of the central nucleus of the amygdala and the posteromedial hypothalamus contralateral to motor dominance give the same clinical effect in the reduction of the pathological aggression that the bilateral lesions.


Subject(s)
Humans , Male , Female , Adult , Middle Aged , Young Adult , Psychosurgery/methods , Aggression , Amygdala/surgery , Hypothalamus/surgery , Mental Disorders/surgery
2.
Salud ment ; 29(1): 3-12, ene.-feb. 2006.
Article in Spanish | LILACS | ID: biblio-985930

ABSTRACT

Resumen: La neurocirugía para tratar los trastornos psiquiátricos tiene sus primeros antecedentes modernos a mediados del siglo XIX con los trabajos de Buckhart, quien resecó parcialmente la corteza frontal de pacientes psiquiátricos. Aunque los resultados fueron alentadores en cuatro de seis casos, la muerte de uno y crisis convulsivas en otros dos frenaron el desarrollo de este procedimiento. En 1936, Egas Moniz y Almeida Lima efectuaron una sección de las fibras frontales en pacientes psiquiátricos con diversos diagnósticos, procedimiento que denominaron lobotomía prefrontal. El éxito de este tratamiento llevó a Moniz a obtener un premio Nobel en 1949. A su vez, esto alentó a Fulton y a Jacobsen a promover este tipo de procedimientos, denominados entonces "psicocirugía", en Estados Unidos. Desafortunadamente, la ausencia de un entendimiento adecuado de la fisiopatología y la sobreindicación de los procedimientos provocó que entre 1935 y 1950 se operaran alrededor de 20,000 pacientes en condiciones cuestionables y con importantes complicaciones. La aparición de los fármacos antipsicóticos y la falta de regulación y entendimiento de la neurocirugía psiquiátrica evitan nuevamente que este tratamiento se realice de manera científica y controlada. Aun así, Spiegel y Wacis iniciaron en 1946 la era de la neurocirugía estereotáctica que reduce el riesgo de complicaciones de la neurocirugía funcional. Cuatro procedimientos fueron aceptados entonces por la OMS para el tratamiento seguro y efectivo de enfermedades psiquiátricas. Estas cirugías incluyen la cingulotomía, la capsulotomía anterior, la tractotomía subcaudada y la leucotomía límbica (combinación de cingulotomía y tractotomía). Por otro lado, los trastornos psiquiátricos que han mostrado mejoría sustancial después de alguno de estos procedimientos neuroquirúrgicos son el trastorno depresivo mayor, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno bipolar, algunos trastornos de ansiedad, la adicción a sustancias y los trastornos impulsivos-agresivos. Es importante señalar que los criterios de inclusión a protocolos neuroquirúrgicos asistenciales o de investigación para mejorar los síntomas psiquiátricos han sido bien establecidos, y la selección de pacientes y los grupos neuroquirúrgicos deben ser supervisados por un comité de ética bien acreditado. Actualmente, las indicaciones para proponer como candidato a neurocirugía a un paciente son: Una enfermedad psiquiátrica diagnosticada de acuerdo con los criterios del DSM IV-R; evidencia de refractariedad (mejoría inferior a 50% de los síntomas) con los tratamientos convencionales; ésta debe ser avalada por dos psiquiatras. El padecimiento debe tener una duración de al menos cinco años. Además, un comité ético revisor de los protocolos quirúrgicos y de investigación debe evaluar a cada candidato al procedimiento o protocolo y cerciorarse de que el paciente o las personas responsables de él entiendan los criterios médicos y psiquiátricos para participar en el proceso; el comité supervisa también el proceso de consentimiento. Los procedimientos neuroquirúrgicos sólo podrán ser indicados en pacientes psiquiátricos con capacidad y ellos mismos aprobarán y firmarán un consentimiento informado. Las clínicas de neurocirugía psiquiátrica deberán trabajar estrechamente y contar con los siguientes especialistas: Un equipo de neurocirujanos estereotácticos con experiencia probada en neurocirugía psiquiátrica, neuromodulación, radiocirugía e investigación. Un equipo de psiquiatras con amplia experiencia en condiciones psiquiátricas y de investigación. Preferiblemente, ambos grupos deberán tener experiencia en neurocirugía psiquiátrica o contar con la asesoría de una clínica de neurocirugía psiquiátrica. La neurocirugía psiquiátrica deberá realizarse sólo para restaurar la función normal y aliviar al paciente de su angustia y sufrimiento. Los procedimientos deberán practicarse para mejorar la vida de los pacientes y nunca por motivos políticos, cuestiones legales o propósitos sociales. Finalmente, la neuromodulación ha demostrado ser una técnica útil y segura para el alivio de trastornos psiquiátricos debido a que sus efectos son reversibles y ajustables a cada paciente. Por lo mismo, en la actualidad se ha aplicado con éxito en el tratamiento de la depresión mayor, el trastorno obsesivo compulsivo y la enfermedad de Gilles de la Tourette.


Abstract: Recent background in neurosurgery for psychiatric disorders can be placed in the mid XIXth century. Buckhartd made partial resection of frontal cortex in 6 psychiatric patients, with successful results in 4 of them, but important side effects prevented the development of this scientific approach. In 1936 Egas Moniz and Almeida Lima performed a new neuro-psychiatric technique for treatment of several psychiatric disorders, named prefrontal lobotomy. Results of this treatment won Moniz a Nobel Prize in 1949, and encouraged Freeman and Watts to further develop this kind of surgery in United States of America. Unfortunately, the knowledge about pathophysiology was not sufficient to make a precise indication of surgery in this patients. Between 1935 and 1950, nearly 20,000 surgeries were performed in doubtful conditions, showing important side effects. On the other hand, the emergency of new drugs for the treatment of psychiatric disorders along with the absence of regulation stopped development of "psychosurgery". However, in 1946 Spiegel and Wacis started stereotactic age of neurosurgery, thus reducing risk and complication of this procedures. Nowadays, World Health Organization accepted four neurosurgery procedures for psychiatric disorders: cingulotomy, anterior capsulotomy, subcaudate tractotomy and limbic leucotomy (a combination of cingulotomy and subcaudate tractotomy). Best results for this kind of surgery are shown for affective disorders (major depression disorder, bipolar disorder, anxiety disorders) and obsessive compulsive disorder. Besides, in clinical research protocols the inclusion criteria for neurosurgical procedures in psychiatry have been well defined. Both patients' selection and medical team must be monitored by ethics committee. Currently, the requirements to consider a patient as a candidate for psychiatric neurosurgery are: Clear psychiatric diagnosis in accordance to Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth Edition, Text Revision (DSM.IV-TR). Evidence of refractivity (improved of symptoms inferior to 50%) to conventional treatments provided by two different psychiatrists. A minimum of 5 years of evolution in symptoms. The ethics committee must monitor surgical and research protocols in a case by case basis. The Committee will made sure that patient and relatives understand medic and psychiatric inclusion criteria. Neurosurgical procedures will only be indicated when the patient is able to understand and accept any details presented to him or her in a formal Consent Form. Neurosurgery psychiatric clinical teams should be integrated by: Stereotactic neurosurgeons whose have experience in psychiatric neurosurgery, neuromodulation, radiosurgery and clinical issues. A psychiatric team with ample experience in psychiatric conditions and research protocols. In case both teams of specialists are not experienced enough in the field of psychiatric neurosurgery, they must look for technical advice from other neurosurgical psychiatric centers. Psychiatric neurosurgery can only be performed to recover healthy conditions and relief suffering. These interventions must always be performed with the sole objective of improving patients quality of life and they must never be used for political, legal or social purposes. Finally, Neuromodulation has shown to be a useful and safe tool in relief of psychiatric disorders. Neuromodulation's effects are reversible and they can adjusted to patient. Nowadays, Neuromodulation is being used in patients with major depression, obsessive compulsive disorder and Tourette's illness.

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